Se trata de la Aeronave Fleet 16B matricula LV-ZCL Nro Serie – 114. Origen Canadá, fecha de fabricación 1936.
Dicha donación fue efectuada el pasado viernes 17 de marzo, por los familiares de un referente del vuelo Enrique Caruso, de la localidad de Chivilcoy.
Se trata de una aeronave civil que perteneció a un reconocido instructor de la aeronáutica nacional, nombrado anteriormente.
Fue el año pasado cuando sus hijos, Enrique Roberto Caruso y Daniel Horacio Caruso, se acercaron al Museo después del fallecimiento de su padre. En esa oportunidad manifestaron que era su intención que este avión se conservara y preservara en el Museo Nacional de Aeronáutica. De esta manera, las nuevas generaciones podrán disfrutar de este ejemplar conservado en nuestra prestigiosa institución.
El pasado 17 de marzo, una delegación del Museo viajó a Chivilcoy para efectuar el traslado del avión al Museo. En los próximos días se procederá a armar nuevamente la aeronave en su preparación para el ingreso a la muestra permanente.
Características particulares: esta aeronave pertenece a la Serie 114 Fleet Finch Mk II, versión reforzada de producción canadiense, propulsada por un motor Kinner K-5. Está construido con partes metálicas, en gran parte en madera, y el revestimiento es en tela con un proceso especial, que le da aspecto metálico.
Esta aeronave es también conocida como el “Barón Rojo”, apodo que le puso el su propietario. El apodo hace referencia a una aeronave de igual color y de similares características que durante la Primera Guerra Mundial volaba el piloto alemán Manfred von Richthofen. Este famoso piloto fue declarado un AS de la aviación por la cantidad de derribos que obtuvo, y justamente, su sobre nombre era el “Barón Rojo”.
Llegó al país en 1938 y fue al Aeroclub de Pehuajó, donde se utilizó para remolcar planeadores. El señor Caruso lo adquirió en la década del 80 en la misma ciudad y se encontró en guarda en instalaciones del Aeroclub Chivilcoy hasta la fecha de su traslado al Museo Nacional de Aeronáutica.
En la comunidad aeronáutica recuerdan a Enrique Caruso con alegría y nostalgia, como un piloto audaz y de extensa trayectoria en vuelo que tuvo sus épocas de gloria surcando los cielos de Chivilcoy al mando del Barón Rojo.