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VOLANDO UN MIRAGE GAUCHO EN EL MUSEO


 

En una charla, didáctica y entretenida, el comodoro (R) Luis Alberto Briatore deleitó a nuestros visitantes con el relato de su primer vuelo solo.

La charla se desarrolló el sábado 13 de abril, en el hangar 3 del Museo Nacional de Aeronáutica en un escenario ideal: frente al legendario biplaza Mirage III DA (I-002), pintado con los colores de nuestra bandera y junto al monoplaza Mirage III EA (I-011), con su cabina abierta para la apreciación de todos.

Pese a la jornada lluviosa y gris, los visitantes fueron numerosos y quedaron maravillados con esta historia tan particular.

De papá mecánico y mamá ama de casa, Luis Alberto Briatore es oriundo de San Fernando, provincia de Buenos Aires. Formó parte de la promoción 47 de la Escuela de Aviación Militar, egresando como alférez en el año 1981. Tras días y noches de mucho estudio, Luis logró ubicarse dentro de los 3 mejores pilotos de su promoción, lo que le permitió elegir la especialidad y comenzar su adiestramiento como piloto de combate en la Escuela de Caza, ubicada en la IV Brigada Aérea de Mendoza. Sus primeros pasos fueron en aeronaves Morane Saulnier MS-760 Paris y F-86 Sabre. Tres años más tarde, logró concretar su gran sueño: formarse y realizar su primer vuelo solo en un Mirage.

Nos retrotraemos a ese punto en su historia, para narrar, parafraseando sus palabras, lo acontecido en este hito tan importante en su vida.

Los pilotos militares de la Fuerza Aérea Argentina, realizan cursos por cada tipo de avión: una parte teórica, de materiales y equipos, y otra de operaciones, es decir, de cómo se vuela ese avión. El salto tecnológico de volar un Sabre a volar un Mirage es abismal, lo que generó un nuevo desafío para el joven piloto, conocido por su indicativo “Laser”. Instruido por pilotos combatientes de Malvinas en el Escuadrón 55, no sólo aprendió sobre el avión, sino también sobre cuál debería ser su norte como oficial de la institución.

Luego de una larga preparación y tras aprobar el riguroso examen, llegó el gran día: el primer vuelo en un espejismo hecho avión, donde superaría por primera vez la barrera del sonido y comprobaría en carne propia, la performance de esta bestia salvaje del aire.

 

Esta vez como Jefe de Escuadrón.

Habían pasado casi quince años de aquel primer vuelo y ritual se repetía, pero estaba vez junto a un joven alumno, agregando algunos nuevos detalles al debut en un delta para un novato piloto de Mirage.

El joven piloto, con los conocimientos a flor de piel, solo restaba vestirse, concurrir el briefing (reunión detallada de cómo va a ser el vuelo) y dirigirse al avión. La tradicional vestimenta está conformada por el buzo de vuelo, el equipo anti G, el chaleco de supervivencia, el casco (que tiene un distintivo de su indicativo de vuelo) y la cartera de navegación.

Al llegar al Mirage, se produce el encuentro con los mecánicos y se realiza la inspección técnica exterior de la aeronave y se chequea que no haya pérdidas de ningún tipo. Luego, el piloto procede a subirse al avión y, allí, comienza la magia.

Se pone en marcha, se realiza la comunicación con la torre de vuelo, comienza el rodaje por la pista hasta la cabecera y se da motor. Por ser el primer vuelo de demostración, el instructor vuela y el aprendiz apoya sus manos en los comandos y acelerador acompañando los movimientos. La mano izquierda se estira al frente, dando motor a pleno. Con la derecha, se baten los comandos para comprobar el funcionamiento de los hidráulicos. La vista se dirige a los instrumentos de temperatura y la presión de aceite, se panean todos los parámetros que estén correctos, y se solicita el despegue a la torre.

Al soltar los frenos, la espalda se pega al asiento fruto de la aceleración. En pocos segundos el bólido llega a los 300 km/h, el avión se despega del piso, se pone paralelo al mismo y se levanta el tren, muy rápidamente. A los 400 km/h se va llevando a la aeronave a los 60º de nariz arriba. Al llegar al mínimo de la velocidad posible con semejante actitud de cabreo, lleva la palanca hacia adelante y simultáneamente pedal al costado derecho. La aeronave describe un perfecto abanico con la nariz cayendo y acelerando de manera notable. Siempre con la postcombustión conectada. Con el máximo empuje, el biplaza se pega al piso legando en segundos hasta los 1.000 km/h, todo en suspiro.

Volando rasante, se pone a 30º de nariz arriba y el avión asciende en un par de minutos hasta aproximadamente 12.000 metros. Recién en este momento, se nivela la aeronave y se invierte. Se coloca la nariz arriba para volar a la mínima velocidad, unos 260 km/h. Mostrando lo que sucedería en un combate utilizando la minimiza energía, comienza a hacer, (cuando uno vuela a baja velocidad en combate contra otro avión y el que vuela más lento, hace pasar al otro al frente). En determinado momento, se nivelan planos a 180 km/h con palanca atrás, pero cayendo a unos 1200 metros por segundo. Acto seguido, desahoga al Delta y comienza una nueva aceleración siempre con postcombustión conectad. Se sube y al llegar a los 12.000 metros, comienza el vuelo supersónico a 1.25 de mach, donde se aprecia el comportamiento del comendo, que es diferente al subsónico. Sin perder tiempo, se reduce a ralentí, con frenos de vuelo afuera, bajando del Mach 1, Con unos 700 km/h, apuntan hacia la pista de aterrizaje debido a la poca cantidad de combustible. Con la pista a la vista, proceder a ejecutar un circuito normal, donde enfrentan la pista en una opuesta inicial. Vertical el peine y 500 metros de altitud, comienzan un viraje de 60° barriendo el horizonte con el tubo pitot, sacando frenos de vuelo y colocando 2,5 G. La velocidad va cayendo a unos 500 km/h. Paralelo a la pista, pero en sentido contrario al de aterrizaje, se meten los frenos de vuelo y se baja el tren de aterrizaje. A 45º del peine se comienza a girar y bajar con unos 200 metros por minuto abajo y unos 360 km/h de velocidad. En esta posición que se llama básica, se indica a la torre de vuelo: “Tren abajo y trabado”. Enfrentando la pista con la nariz arriba, el triángulo volador va vibrando sostenido por un motor que está entregando 90 % de empuje, manteniendo 350 km/h. Próximo a la pista, y solo viendo las balizas, mediante un quiebre de muñeca, el avión detiene en descenso abruptamente quedando a dos metros del piso, instante en que nos encontramos sobre el peine y reduciendo el motor a ralentí. Se produce el toque y se saca de inmediato el paracaídas, cuatro pétalos blancos que se abren provocando una pérdida de velocidad instantánea. Ya dominado en tierra, el avión continúa rodando por la pista hasta el frenado final y posterior estacionamiento en plataforma.

Concluido el vuelo, el alumno no puede creer todo lo que vivió. En el primer vuelo pudo apreciar todo lo que puede hacer un Mirage en el aire. Este día nunca lo podrá olvidar, porque además de cumplir con uno de los más importantes sueños como piloto, sabe, hasta dónde puede llegar a los comandos de un espejismo hecho avión.

Luis voló durante 11 años el sistema de armas Mirage, alcanzando un total de 1.400 horas de vuelo. También fue instructor y jefe de Escuadrón, todos hechos que lo hacen muy conocedor de cada detalle de la aeronave y le permiten explicar de manera didáctica, en cada oportunidad, los distintos tipos de vuelo y pormenores de los mismos.

Entre el público presente, se encontraba el comodoro “VGM” (R) Gustavo Aguirre Faget, quien tuvo una destacada actuación en el Escuadrón Dagger durante el Conflicto del Atlántico Sur, actor principal en el “Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina”. De piloto a piloto expresó, con sentidas palabras, qué le pareció la charla: “Me encantó y la disfruté. Yo viví la experiencia que él cuenta, de ese primer vuelo en un M-5 Dagger en el año 80 y me encantó revivirlo con la forma detallada con la que él lo hace. Mientras escuchaba pensaba que es lindo ver cómo un piloto más joven que yo, tiene la misma pasión y la expresa de una manera excepcional. Y también, cómo alguien que vuela aviones civiles o que a lo mejor no es piloto pero que le gustan los aviones, la actividad aérea o la Fuerza Aérea puede escuchar estas experiencias de alguien que lo expresa de esta forma”.

 

Reviviendo la Charla

 

 

 

 

 

 

 

FOTOS Y VIDEOS: S.V. AILÉN DÍAZ

DTO. RELACIONES PÚBLICAS MNA - 19 ABRIL 2024

 

 

 

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