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“EL FUTURO ESTÁ POR DELANTE PARA CONTINUAR EMBELLECIENDO ESTE MUSEO”


 

Fueron las palabras del Director del Museo en la ceremonia de reincorporación de la aeronave Douglas A-4B Skyhawk (C-207) restaurada por personal del MNA.

El 18 de septiembre, se realizó en el Museo Nacional de Aeronáutica (MNA), la ceremonia de reincorporación -a la muestra permanente- de la recientemente restaurada aeronave Douglas A-4B Skyhawk (C-207), ícono de la Guerra de Malvinas.

Durante el evento, se contó con la presencia del titular de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), Brigadier General Xavier Isaac; autoridades de la FAA; el director del MNA, Comodoro (R) Carlos Maroni; veteranos de guerra que volaron el sistema de armas; integrantes de la Comisión BANIM; personal del Museo y representantes de las asociaciones APO (Asociación Plastimodelistas del Oeste) y GTRA (Grupo Técnico de Restauraciones Aeronáuticas). Asimismo, se destacó la participación del Ing. Daniel Van Lerde y familia que, en la oportunidad, realizó una donación invaluable.

En primer lugar, para contextualizar la ceremonia y explicar cómo fue el procedimiento de la puesta en valor de la aeronave, tomó la palabra el director del Museo diciendo: “El año pasado, se inició un proceso histórico de análisis de cómo estaba y de cómo lucía este avión durante la Guerra de Malvinas, tanto por parte del Departamento Investigaciones Históricas como por la División Camuflajes y Marcas, y en reuniones con veteranos que lo volaron. Se tomó la decisión de restaurarlo y el 10 de octubre de 2022 comenzó el trabajo de restauración. Un trabajo muy largo y arduo pero que marca un hito, ya que a partir de este avión el Museo recuperó totalmente la capacidad de restauración de aeronaves; ya no dependemos de mecánicos o especialistas de otras unidades. (...) Es un gran orgullo, y como siempre digo: ‘el Museo es un lugar de emociones’, y esas emociones, con las cuales nuestros pilotos volaron en la Guerra, derrama hacia abajo y ustedes las pueden observar en las personas que trabajaron con mucho amor para poder tener hoy en día esta belleza. Muchísimas gracias a todos los que participaron. El futuro está por delante para continuar embelleciendo este Museo”.

Luego, hizo lo propio el Brigadier “VGM” (R) Sergio Mayor, destinando su alocución al equipo de restauraciones: “En nombre de los integrantes de los Escuadrones I y II A4-B de 1982, quiero brindar nuestro agradecimiento por la dedicación, el profesionalismo, las horas invertidas, la paciencia y el cariño puestos en cada detalle de esta aeronave tan cara para nuestros sentimientos”.

Adentrándonos en la historia del sistema de armas, expresó que “muchas generaciones de pilotos de combate de la Fuerza Aérea se han formado y adiestrado en este magnífico caza-bombardero. Hoy aquí, los halcones ex combatientes son una muestra variada de esas generaciones a quien la ventana histórica nos dio la oportunidad de probarlo y probarnos en combate. Este avión participó en muchas misiones de ataque a objetivos terrestres y navales, pero en el día de la Patria, en aquel 25 de mayo de 1982, fue el protagonista del hundimiento del destructror clase Sheffield HMS Coventry, una de las naves más modernas de la Royal Navy. (...) El Douglas A4-B en el Conflicto del Atlántico Sur aguantó de todo. Los escuadrones aeromóviles formamos un equipo formidable donde mecánicos, armeros, técnicos e ingenieros, con su profesionalismo y dedicación, fueron el engranaje imprescindible para el logro de cada misión. (...) Los pilotos somos gente que ama lo que hace: es pasión y vocación. El piloto y el avión somos una sola cosa; el avión nos completa y asumimos que tiene vida propia y alma. Nosotros somos una sola parte de este engranaje. Y ver un A4 restaurado, reluciente e impecable, nos llena de placer y orgullo”.

Para concluir parafraseó a un autor desconocido: “ ‘Los pilotos pasan, los aviones quedan’. Y qué mejor representante para futuras generaciones que el C-207. Es un testimonio que estará aquí por muchos años pero también, es el representante de todas las otras matrículas y hombres que han operado el sistema de armas y el recuerdo permanente de aquellos valientes que dejaron su sangre en el Atlántico Sur”.

Seguidamente, se invitó a ex pilotos del sistema de armas a inmortalizar la restauración en una serie de fotografías para el recuerdo.

A continuación, se invitó a los presentes a dirigirse a la Sala de Pioneros. Allí, el Ing. Daniel Van Lerde en nombre de su familia, Van Lerde Fernández, realizó una donación a la Fuerza Aérea Argentina de elementos históricos que pertenecieron al Brigadier General Ángel María Zuloaga. Los mismos quedarán en guarda en el Museo Nacional de Aeronáutica en la Sala Pioneros.

En unas emotivas palabras afirmó: “Traigo con mucho orgullo estas piezas que estaban en un lugar equivocado y tienen que estar acá. Es una pequeña demostración de lo que los civiles sentimos por la Fuerza Aérea, una de las Fuerzas que dentro del sentir de la población probablemente sea la más querida y la más respetada. Lo que ha vivido la Fuerza Aérea y la épica de Malvinas, los civiles lo tenemos muy presente; nosotros amamos a la Fuerza Aérea”. Y agregó: “El Brigadier Zuloaga está contento de que esto esté acá, de donde nunca debería haber dejado de estar. Por una razón fortuita, las estrellas con las que él navegaba hace tanto tiempo, se alinearon y trajeron estas piezas. Son pequeñas y grandes cosas a la vez. Cuando uno se encuentra con la historia de las personas o de los hechos se da cuenta que son muy interesantes. Mi familia y yo estamos muy orgullosos y felices de que estén acá”.

El Comodoro (R) Maroni agradeció el gesto de la familia Van Lerde Fernández y se procedió a firmar el acta de donación. Los invitados pudieron apreciar los objetos de cerca para luego, compartir un ágape en el Salón de Usos Múltiples del Museo.

 

 

La restauración

Los trabajos de restauración se iniciaron el 10 de octubre de 2022, cuando se formalizó la primera reunión de búsqueda de antecedentes históricos. La decisión de poner en valor la aeronave fue motivada por el serio deterioro que presentaba, sumado a que aún contaba en su interior con fluidos y combustible. Por este motivo, la primera etapa consistió en quitarlos de los tanques y reservorios del avión. Posteriormente, se efectuó el decapado completo de la aeronave para luego darle una mano de imprimación. Seguidamente, se procedió a aplicar la pintura base con los tonos de marrón y verde. Se le colocó el armamento que utilizó en la Guerra de Malvinas (3 MK 83) y, finalmente, se pintaron todos los detalles finales de escarapelas, escudos e inscripciones.

De la restauración participaron personal de suboficiales y soldados voluntarios pertenecientes a la División Mantenimiento Técnico del Patrimonio Aéreo del Museo Nacional de Aeronáutica e integrantes de la Asociación Plastimodelistas del Oeste (APO), quienes desarrollaron sus tareas de pintura ad honorem.

Todos los materiales que se utilizaron son los mismos que se utilizan en una aeronave en condiciones de vuelo. De esta manera, el C-207 luce exactamente igual a cómo lucía al final de la Guerra de Malvinas.

 

DEPARTAMENTO RELACIONES PÚBLICAS MNA 18-09-2023

 

 

 

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